El hambre, la desnutrición y la malnutrición son principales problemas de salud ambiental, de ellas se alimentan y resultan muchos otros problemas sanitarios y del desarrollo. Los seres humanos somos lo que comemos , bebemos y sobre todo, somos lo que pensamos.
La pobreza es el resultado de un modelo de desarrollo, o de "desgarrollo" como decía con sabiduría una amiga indígena, porque donde llega desgarra a los pueblos.
Por esa vía, los técnicos de la ingeniería de alimentos, arguyendo su capacidad para alimentar al mundo (léase controlar para sus intereses económicos el mercado de alimentos), patentaron semillas que le pertenecían a pueblos ancestrales y a la humanidad entera; las modificaron geneticamente para que nadie pueda reproducirlas libremente sino comprarlas; las contaminaron con material toxico para humanos y para el planeta; se adueñaron de los grandes mercados, volvieron todas las manzanas identicas y brillantes (acabaron con la diversidad y posibilidades de variación natural genética); y bajo nombres como "MONSANTO", se han adueñado de todo cuanto han podido, contribuyendo a desestimular la producción y el consumo nativo: han sembrado el hambre.
La salud ambiental pasa por la seguridad y soberanía alimentaria de los pueblos.
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Decidieron unos técnicos de la acumulación que se debía uniformizar el paisaje, sembrar grandes extensiones de un solo cultivo, con lo cual rompimos el equilibrio; esos mismos ténicos decidieron que había un solo y unico modelo de desarrollo, todo lo que no saliera del FMI o del Banco Mundial, no era posible como realidad social y mucho menos económica o política; todo se volvió una unica verdad: la verdad del macropoder: una unica medicina, una unica economía, un unico modelo de educación, de conformar los estados, de organizar la justicia, etc.
La salud ambiental pasa por la seguridad y soberanía alimentaria de los pueblos.
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