Esta semana sucedieron dos cosas extraordinarias: se desprendió un inmenso iceberg que mide 140 km2 de la Antártida y de otro lado, Tuvalu un pequeño Estado de la Micronesia, que solo mide 25 km2 pidió este miércoles en su calidad de Estado miembro de la ONU, que los países emergentes suscribieran un acuerdo vinculante a partir del 2013 para reducir sus emisiones de efecto invernadero de las que son responsables en más del 50%. Tuvalu queda cerca de la ruta que el iceberg va tomando y cabría 4 veces en el. Una versión de David y Goliat.
Tuvalu con cerca de 11.000 habitantes, ya ha tenido que desplazar por efectos de la elevación de los niveles del mar a una sexta parte de su población. Tuvalu y los otros 42 miembros de la Alianza de Pequeñas Islas (AOSIS) consideran que el margen de mantener el calentamiento en 2 grados Celsius es demasiado alto por lo que proponen un máximo de 1.5. China, Brasil, India y Arabia Saudí se opusieron rabiosamente a la propuesta solo apoyada por Costa Rica. Otra versión de David y Goliat.
La historia bíblica relata como el pequeño David derrotó al gigante Goliat lo que parecía imposible. Por ahora en Copenhague los gigantes se oponen a la justa propuesta del micronesio Tuvalu que para la mayoría de los habitantes del planeta era inexistente hasta entonces.
Pero este chico que probablemente desaparezca para siempre de la faz de la tierra antes de una década, se mantendrá como símbolo de la voz de los humildes, de los que no tenían pretensiones de estar entre las potencias responsables de la destrucción del planeta... Y es que es increíble como puede ser ciega la estupidez humana que defiende un modelo que nos pone en el espejo nuestra propia debacle y aun así no somos capaces de parar. Ya nadie pronunciará en este idioma las palabras vida, o te amo.
El “modelo” que nos ponen a seguir cual si fuera dogma de fe sin cuya adopción no alcanzaremos el desarrollo, es un invento humano de personas llenas de pergaminos en prestigiosas universidades que suelen ver todo lo periférico a ellos como insuficientemente civilizado y carente de saber. Quién diría, los “más sabios” no sabían y no quieren saber lo elemental… la gaia es un único sistema complejo, interconectado e interdependiente en un delicadísimo balance. El asunto es que siendo inventos humanos, cómo es posible que no podamos inventar o reinventar otros modelos? ¿Cómo no podemos ver que ya existen y siempre existieron otras formas de hacer sostenible la vida en comunidad?
Cuando ya no queden islas en el planeta, nos daremos cuenta que todos habremos devenido en islas, las lluvias imposibles, los huracanes apocalípticos, las sequias que harán transpirar a los diamantes….los privilegiados de Dubai que han invertido cifras inimaginables para hacer islas artificiales, todos, se mirarán en el espejo de la vida…y quizá entonces comprendan…
Estamos prendiendo una gran hoguera ambiental que como antes sucedió con la Biblioteca de Alejandría, de igual manera arrasará saberes, lenguas, especies, tierras, seres humanos que quizá por su simple manera de vivir, eran quienes tenían la mejor oportunidad de sobrevivir en la carencia global ocasionada por la ambición desmedida de quienes en nombre de su sabiduría nos dictaron el camino, la verdad…y la muerte.
Confiamos no en Copenhague pero si en los seres humanos sencillos, esos que siempre han carecido de casi todo, los acostumbrados a rebuscarse la vida y a reinventar la supervivencia a partir del más antiguo saber: el de la observación y respeto a la naturaleza. Confiamos en que ellos le permitan a la especie humana sobrevivir, con lo que nuevamente David habrá vencido a Goliat…
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